Hubo una época en la que los «ricos» compraban sólo productos caros y los «pobres» únicamente productos económicos. Ahora ya no es así.

En la foto puedes ver un lujoso Rolls Royce que espera a alguien que compra un modesto artículo en H&M.

¿No tiene sentido? ¿Por qué no entra en la lujosa tienda de la acera de enfrente? Lo que no tiene sentido es la segunda pregunta, ya que es cliente de ambas tiendas.

Hoy un mismo cliente, independientemente de su poder adquisitivo, compra productos económicos y no tan económicos, o incluso de lujo. Seguro que conoces a alguien que no tiene un alto poder adquisitivo que ha comprado un teléfono de alta gama. Esta nueva situación te fuerza a replantearte tu posicionamiento comercial y el surtido de monturas.

Un cliente que hoy compra una montura de precio elevado para trabajar en la oficina, puede que mañana quiera otra económica para leer en la cama. El cliente que hoy adquiere unos lentes progresivos de alta gama, es posible que no esté dispuesto a pagar demasiado en las lentes de sus gafas de sol.